Carmen Iturat, del Club Marató i Mitja, es voluntaria de Penyagolosa Trails HG desde hace muchos años. Su coordinación y ayuda es fundamental para que este evento pueda realizarse. Aquí, nos explica cómo se vive desde dentro.
En un evento como Penyagolosa Trials HG hay muchos héroes anónimos. ¿Son los voluntarios muchos de ellos?
Los voluntarios aportamos nuestro trabajo, un trabajo que nos gusta hacer y con el que disfrutamos ya que nos permite vivir la carrera desde dentro y con contacto directo con los corredores. Todos los voluntarios son héroes anónimos, cada uno aporta su trabajo sin el cual las pruebas no se podrían realizar.
¿Cuántos voluntarios hacen posible Penyagolosa Trails HG?
Somos unos 500
¿Y cómo se coordina esto?
El presidente y la junta trabajan todo el año para coordinar todas las tareas.
Los voluntarios aportamos nuestro trabajo.
¿Es el voluntariado una de las características que hacen tan singular esta prueba?
Si, los voluntarios somos gente que sentimos la MIM y colaboramos para que todo salga bien, sobre todo para que los corredores estén atendidos
¿Cómo se vive un evento como éste desde dentro?
Con nervios, son muchos los corredores dispersos por las montañas y aunque todo este muy coordinado, hasta que el último corredor no cruza la meta, no estamos tranquilos.
El voluntariado está muy presente en tu familia, ya que tus hijos también se vuelcan para que la carrera pueda salir adelante…
Empezamos por casualidad en la segunda edición, mis hijos tenían 6 y 9 años y este año estaremos en la vigésima edición de la MIM.
Con tanta experiencia en la organización de este evento, ¿cómo has visto el crecimiento desde las primeras ediciones hasta ahora?
Ha ido progresando año tras año. Antes se hacía todo a mano. Por ejemplo, las inscripciones, el paso de los corredores por los controles que tenían una cartulina con su número de dorsal y se cuñaba en cada control uno a uno… ¡imaginad el caos que se montaba!
Para acabar, ¿qué es lo más gracioso y el momento de más dificultad que has vivido en Penyagolosa Trails HG?
El más gracioso y emotivo fue el año que gano José Vicente Prades. Partía como favorito Raúl García Castañ, pero se perdió y estaban los dos tumbados en masajes y Prades le pidió perdón por ganarle.
El más difícil fue el año del agua. Los corredores llegaban con hipotermia, con las manos engarrotadas, teníamos que desvestirlos y secarlos, pasamos mucha angustia por los corredores.